Entre noviembre de 2013 y mayo de 2014, tuve la oportunidad de conocer de primera mano, como voluntario en el Centro de Día 20 Metros de Valladolid, la labor de Fundación INTRAS, a la que de alguna manera llevaba vinculado una década. En esos seis meses, me contagié de la inagotable ilusión de usuarios y trabajadores -a los que ahora llamo compañeros, ya que en la actualidad soy el preparador sociolaboral del Centro de Día de Toro- y compartí con ellos diversos proyectos, uno de los cuales es el que tienes delante ahora mismo.

Aunque por mi formación periodística, diez años como redactor de Cultura en un periódico local y tres en una agencia de noticias, lo mío son las palabras más que las imágenes, no pude pasar por alto esta oportunidad de coger la cámara.

Las entidades, los proyectos, los sueños no son conceptos abstractos; son las personas que están detrás las que los hacen posibles, las que los dan vida. Pues bien, éstas son las personas que cada día hacen que Fundación INTRAS sea mucho más que unas siglas.